Debido a los buenos resultados de nuestra comuna en la lucha contra la pobreza, una comitiva gubernamental de El Salvador llegó a Molina para aprender de la gestión que realiza de manera conjunta el municipio con el Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis).
La delegación caribeña fue recibida en un acto realizado en la Plaza de Armas, en donde el grupo folclórico “Pasión Cuequera” dio muestras de lo mejor de las tradiciones chilenas y dejó en claro la pasión molinense por los bailes tradicionales.
Tras la bienvenida, el equipo de profesionales salvadoreños se dispuso a compartir con sus similares chilenos para sacar valiosas lecciones de la exitosa experiencia del programa “Familias, Seguridades y Oportunidades”, mediante el cual varias familias han podido cambiar sus vidas.
El grupo de especialistas extranjeros fue encabezado por Gladis Schmidt de Serpas, presidenta del Fondo de Inversión Social para el Desarrollo Local (FISDL), quien expresó su admiración por los buenos resultados registrados a nivel local.
“Nosotros estamos impulsando la estrategia de erradicación de la pobreza, en donde el acompañamiento familiar es fundamental. En este momento, tenemos un programa piloto, por lo que hemos venido a aprender de Chile y de Molina, uno de los municipios que mejor ha trabajado con Fosis”, comentó.
La experta también se refirió a la impresión que se llevó tras visitar nuestras tierras, diciendo que fue “impactante, una ciudad súper acogedora y con una infraestructura muy bonita. Además, tienen una alcaldesa que irradia mucha solidaridad, nos dieron una gran recepción y se nota que es una comuna turística que saldrá adelante”.
En tanto, la jefa comunal, Priscilla Castillo, indicó que “este programa beneficia a familias en situación vulnerable y ha resultado muy bien en Molina, por lo que nos eligieron a nivel regional para recibir a esta delegación de El Salvador. En ese país tienen cerca de 270 comunas y vienen aquí para conocer nuestra realidad, de modo de poder replicarla allá”.
El recorrido de los visitantes centroamericanos culminó con un viaje a la estación de trenes y a la Viña Echeverría.