Uno de los principales beneficios que reciben los usuarios del Cesfam de Lontué es el GES, Garantías Explícitas en Salud, anteriormente conocido como AUGE.

A través de este sistema se trabaja con diversas patologías, se diagnostica al paciente, más tarde éste recibe la notificación de lo que padece y se le monitorea en su proceso de tratamiento y mejora.

MONITOREO

“El GES son las iniciales de Garantías Explícitas en Salud, que es lo mismo que antiguamente se conocía como AUGE. Esencialmente es un plan que cubre o garantiza la cobertura de ciertas patologías. En este momento ya vamos en 80. En atención primaria se ven solo algunas, más o menos 21 y lo demás se deriva a nivel secundario o terciario según sea el flujograma”, señala Claudia Vásquez, nutricionista y encargada del GES en el centro asistencial.

“Acá nosotros tenemos un equipo, una plataforma creada por Fonasa. Existen dos entidades que son las que tienen que son las ingresan las patologías: Fonasa en el sistema público y las isapres. En Fonasa tenemos un sistema que se llama SIGES, que es donde nosotros ingresamos todos los casos nuevos. Ahí monitoreamos las patologías, que tienen un cierto plazo para ser atendidas, para ser solucionadas y este programa nos da por ejemplo todo el historial, desde que se encontró esta patología, se ingresó al sistema y ahí nosotros vamos monitoreando si el paciente fue atendido o cuanto tiempo le queda para ser atendido”, añade la profesional.

TESTIMONIO

Betcy Mansilla tiene 40 años. Es casada y nació en Molina, ciudad donde vive. Tiene 4 hijas, dos de ellas gemelas.

Cierto día, para prevenir alguna enfermedad, se realizó una mamografía, la que arrojó un nódulo en la mama izquierda que indicaba un alerta ante la aparición de un cáncer.

“Esa palabra fue dura, me dio mucho miedo y comencé a llorar”, recuerda Betcy y añade que en aquella oportunidad lo primero que se le vino a la cabeza fueron sus hijas.

“Me fui al Consultorio Lontué y me atendieron inmediatamente. Me revisaron, me hicieron el chequeo y me dijeron que era anormal. Un nódulo grande que se notaba, se palpaba y era de color rojizo. ‘Por lo tanto te vamos a ingresar inmediatamente al AUGE (GES) porque puede que sea un cáncer como puede que no, pero necesitamos saber si es o no es para actuar’, me dijeron”.

A TIEMPO

Betcy hoy habla con tranquilidad de ese proceso, la misma tranquilidad que sintió cuando recibió el examen que resultó negativo.

Gracias al GES pudo tomarse un examen que de no haber sido por esta instancia, le habría costado un millón y medio de pesos.

Cuando se le pregunta si motivaría a otras mujeres a que se atiendan respecto a la prevención del cáncer de mama, señala: “solo decir que cuando uno es mamá, debe tener autocuidado. Palparse mamas, tocárselas, eso me sirvió mucho, porque si yo hubiese dejado pasar esto para el próximo año, a lo mejor sí hubiera sido un cáncer. Entre los 40 y 50 años los cáncer mamarios son muy agresivos y son rápidos. Entonces si están a tiempo, todo se puede sanar”, concluye.

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