Levantarse antes de que salga el sol, caminar kilómetros con los zapatos bañados en barro y soportar los embates de la lluvia o de la nieve para llegar a su sala de clases era la cruda realidad de los niños que asistían a la Escuela El Radal.

Sin embargo, a partir de ahora, esos días serán solo un recuerdo, ya que gracias a la Corporación Municipal de Turismo de Molina los estudiantes disponen de transporte gratuito desde su casa hasta el establecimiento.

El vehículo en cuestión es un todoterreno marca Mahindra con tracción 4×4, características que lo hacen ideal para atravesar hasta los más difíciles caminos, en una ruta que ya comenzó los esperados trabajos de pavimentación.

CON FONDOS DE TURISMO

La encargada de entregar la noticia fue la alcaldesa Priscilla Castillo, quien acompañó personalmente a los alumnos desde sus domicilios hasta el recinto educativo, dando inicio así a una nueva era para la comunidad.

La jefa comunal expresó que “Estamos súper contentos de ver las caras felices de niños, apoderados y profesores. Ellos tenían que recorrer kilómetros para poder llegar a su escuela y la mayoría de las veces sin la posibilidad de tener un vehículo, mientras que ahora lo tendrán de forma permanente”.

La autoridad señaló que todo esto se materializó gracias al trabajo conjunto entre el municipio y la Corporación de Turismo, entidad sin fines de lucro. Su gerente, David Bugueño, detalló que el todoterreno se pudo comprar “a través de ingresos propios, sin subvención municipal. Esto fue posible gracias a los recursos que generamos por el Festival de la Vendimia, el camping y la venta de pasajes de MT Bus”.

El profesional agregó que el nuevo motorizado “tiene un doble propósito: trasladar a las personas de la zona de acá que trabajan con nosotros en el camping y apoyar a los niños con problemas de locomoción para llegar a la escuela”.

HASTA 7 KILÓMETROS

Con emoción, el Director de la Escuela El Radal, Jorge Astudillo, relata lo que fueron años difíciles para sus alumnos, en donde debían hacer enormes esfuerzos para llegar a clases. “Antes ellos caminaban. Sacando el kilometraje, el más lejano era Álex con 7 km, Eduardo con 2,1 km y Estefanía con 4,1 km. Eso lo tenían que hacer aunque lloviera y nevara porque son súper responsables”, asegura.

Consultado por esta nueva etapa para sus estudiantes y las familias, el docente indica que “para los apoderados era algo muy complicado, al punto que más de alguno estuvo a punto de irse porque no iba a tener transporte y durante algún tiempo el profesor o Carabineros trasladaba a los niños. Esto un gran avance, por lo que estamos contentos; queremos que el establecimiento siga creciendo y agradecemos tanto a la alcaldesa como a la Corporación por su apoyo”.

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