Un hecho que quedará grabado en la historia no solo de Molina, sino que de la Región del Maule y de Chile fue el inicio de las obras de pavimentación del camino hacia Radal Siete Tazas.
Justo en el empalme de la Ruta K-275 tuvo lugar la esperada ceremonia en donde se colocó la primera piedra de un momento que muchos quisieron inmortalizar mediante fotografías: el sueño de toda una vida para muchos habitantes de la zona precordillerana, quienes llevaron a sus familias para presenciar el solemne acto.
Para la ocasión, estuvo el Ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, acompañado de autoridades de la cartera y por la alcaldesa de Molina, Priscilla Castillo, junto a su par de Río Claro, Américo Guajardo.
MINISTRO MOLINENSE
En medio de su discurso, Fontaine reveló su origen molinense a los presentes, detallando que es originario del sector de Santa Lucía. El Secretario de Estado también tuvo palabras para el trabajo del municipio socializando los detalles de la obra con la comunidad.
“Me parece muy positivo, porque estos proyectos nacen de una demanda de la ciudadanía y tanto su diseño como sus trazados son conversados con los vecinos mediante procesos de participación ciudadana. A través de este tipo de iniciativas, literalmente pavimentamos el camino del progreso de Chile y de los chilenos”, explicó.
Por su parte, la alcaldesa de Molina, Priscilla Castillo, apuntó hacia el valor social que tiene esta obra. “Estamos muy emocionados de hacer este sueño realidad, principalmente por la gente que vive en el sector. Conozco la historia de personas que lo han pasado mal, como un matrimonio que perdió a su hijo por las malas condiciones del camino. Gracias a estos trabajos, generamos mejores condiciones para la gente y junto con ello podremos dar avance al desarrollo turístico, con mayores posibilidades de emprendimiento para atender a los más de 70 mil turistas que llegan en el verano, permitiendo ganar ingresos para nuestras familias”, detalló la autoridad.
LUGAREÑOS CELEBRAN
Haciendo patria en uno de los lugares más alejados de la urbanidad, el Director de la Escuela El Radal, Jorge Astudillo, no esconde su felicidad al ver las máquinas trabajando. “La verdad es que es una alegría. Vivo en la zona hace tres años y siempre que la gente nos decía que el pavimento venía, nosotros les decíamos que era un cuento. Pero hoy vemos que es algo fantástico y ahora lo que viene es progreso”, comentó el docente.
Consultado por la apreciación de sus alumnos, señala que “los niños todavía no entienden bien el tema, pero me preguntan cuándo va a estar listo el camino”, agregando que “esto implicará también una mejora en los tiempos y en las condiciones de viaje, así que ciframos nuestras esperanzas en que ahora empiece a llegar más gente a ayudar y seamos una gran comunidad”.
LAS OBRAS
La pavimentación de la Ruta K-275, a cargo de la empresa Tricam, considera un tramo de 18,4 km en su primera etapa hasta Radal, mientras que la segunda fase llegará hasta Parque Inglés. Esto se concretó gracias a una inversión superior a los $9.569 millones de parte del MOP y considera varios trabajos que se extenderán hasta 2020.
Entre ellos, destaca la construcción de un nuevo puente para el Radal, el cual estará ubicado en la primera curva de la cuesta El Portillo con 100 m de longitud; además de realizar mantención a los ya existentes puentes Pancho y Cura Gálvez. También está contemplado construir tres paraderos, dos pistas con bermas y cunetas a lo largo del camino.
Todo lo anterior fue previamente informado a la comunidad en procesos participativos donde se integraron juntas de vecinos, comerciantes, Conaf, Carabineros y los municipios tanto de Molina como de Río Claro, entre otros. Incluso, se concretarán planes de manejo ambiental, reforestación de bosques, traslado de postes y reubicación de “animitas”.